La cuarentena: ¿ Interdicción o potenciación de la sexualidad?
- Suchein Gom
- 7 abr 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 7 abr 2023
"Para las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras, el punto g está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo".
— Isabel Allende.

La sexualidad sigue siendo un tabú, lo que explica que en los medios de comunicación y en las redes sociales quienes intentan dar una imagen progresista y desfachatada abordan la temática de manera reiterativa, estandarizada, rozando la obsesividad. Pero, ¿de qué sexualidad hablan cuándo exponen sus preferencias sexuales de manera obscena: cuantas veces a la semana lo hacen, su posición favorita o cuánto tiempo hace que no cogen?. La respuesta es ostensible: hablan de la escasamente creativa, normada y cuantificable sexualidad heteropatriarcal. Nada nuevo bajo el sol, la matriz de las fantasías machirulas son tan aburridas : contar cuantas veces, que posiciones y reproducir las mismas fantasias estereotipadas. Sin embargo, hay que reconocer que este tipo de puestas en escena sumamente predecibles siguen siendo consumidas de modo masivo aunque no introduzca ningún tipo de novedad en el asunto.
Con la cuarentena se produce el apogeo del conversatorio sobre sexualidad heteronormada que adquiere carácter de show, de mostración. La temática se circunscribe más específicamente a la obstinación monótona de cuantificar la abstinencia sexual: se contabilizan los días sin coger. Memes, stickers, entrevistas y chistes giran en torno a “la desesperación” originada por la interdicción del garche como consecuencia de las medidas de aislamiento social. ¿De verdad simplemente la distancia física es lo único que pone coto al encuentro sexual?, ¿Con la libre circulación de los cuerpos todxs tendrían una vida sexual tan activa que se les vuelve tan atípica e intolerable la espera?. Siento que estoy rodeada de Sex Machines . Y cuando hablo de maquinarias no hago referencia a poseer el estado físico o a la falta de agotamiento ante la posibilidad de sostener encuentros sexuales continuos, sino más bien a la capacidad de tener tantas opciones, de que tanta gente les despierte deseo de una manera indiscriminada. En ese punto es donde el carácter propio de la sexualidad humana se vuelve difuso: el deseo humano tiene un carácter segregatorio y electivo, aquello que me erotiza de alguien no es plausible de encontrarse en "casi todxs".
La espectacularización de la sexualidad produce entonces la banalizacion de los encuentros eróticos. Vivir una sexualidad plena no significa tener sexo 24x7 con miles de personas-objetos, sino, por el contrario poder elegir: con quien sí, con quien no y cuando directamente no se coge. Sostener la abstinencia porque nadie te resulto atractivo es libertad sexual. Decir que no te hace libre y desprejuiciadx. Los canones de belleza patriarcales ponderan la imagen, desvalorizando la atracción mental a la hora del encuentro. Además, el patriarcado imprime formatos preestablecidos en las fantasías individuales restringiendo el carácter imaginativo y original del encuentro . El marco de todas las fantasías se basa en el interjuego activo-pasivo, dominar-ser dominado. En síntesis se libidiniza siempre una asimetría de poder: la colegiala-maestra, la enfermera-pacientes y complete la linea de puntos cayendo en lugares comunes....
¿Cuan libre es tu deseo?¿ Cuan normativizado está el erotismo en aquellxs que suelen proclamar vivir la sexualidad con libertad porque espectacularizan detallada y burdamente su intimidad o acumulan “garches” sin distinción ?.
La sexualidad puede desplegarse como otro consumo capitalista donde las identidades hegemónicas tienen facilitado el acceso a más “garches” (cuantitativamente hablando) porque solamente direccionan sus búsquedas en función a la imagen ampliando de este modo el campo de posibilidades: hay más gente “linda” que interesante.
No obstante, la situación actual posibilita también, nuevas modalidades alternativas de encuentro para quienes requieren características mentales y discursivas afrodisíacas: las cibercitas. Las mismas al excluir la inmediatez del encuentro de los cuerpos y el sexo como único motor de la cita permite una erotización del diálogo que puede preparar el terreno para un posterior encuentro carnal, más genuino, más sensato y más excitante. Cabe aclarar, en defensa de lxs selectivxs, que si no les diera asco cogerse pelotudxs tendrían una vida sexual muchos más activa en términos cuantitavos . Ahora en términos cualitativos una mente inquieta y curiosa en planos intelectuales suele tener como correlato mayor capacidad imaginativa en otras esferas de la vida.
¿Cómo contrarrestar el efecto mortífero de la pandemia? Al Tanatos (Muerte) anteponemos el Eros (Vida). El deseo, el EROtismo, es pulsión de vida. En la actualidad se despliega una crisis en la vincularidad amorosa y del genuino encuentro sexual (con esto hago referencia al encuentro con otro como subjetividad y no como objeto que vehiculiza pura y exclusivamente la disminución de la tensión fisiológica, lo que sería un” falso hedonismo”).
Camus plantea que lo peor de la peste es que devela todas las almas, recrudece lo mejor y lo peor de cada uno. Tal vez ante la indefensión y la precariedad en que nos sumerge la pandemia podamos tomar distancia de aquellos fatídicos pseudo-encuentros sexuales y generar otros más recíprocos y estimulantes. Porque se puede fingir un orgasmo, pero no se puede fingir la inteligencia, la estupidez humana es infalsable y deslibidinizante para algunxs. Este es el punto de ingenuidad masculina .
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Para muchxs la sensación de catástrofe inminente que confronta con una vivencia de finitud lxs precipita a la búsqueda compulsiva de un posible encuentro sexual: escriben a ex compañerxs que no les despiertan un interés sensato o ingresan en el algoritmo de matcheos entrecruzados de fotitos con múltiples personas cuasi-anónimas.
En cambio para otrxs, la cuarentena surte sus efectos deconstructivos no solo sobre ellxs mismos, sino, en torno al lazo social .El otro nos constituye nos preexiste. Pensarse implica siempre pensar el vínculo al otro. La propuesta es menos que hacer una retrospección de las veces que no cogimos pudiendo hacerlo que motorizaría preciptarse y salir a la busca de las “asignaturas pendientes” (que por algo no acontecieron) , invertir la ecuación y repensar las veces que cogimos sin tener demasiado deseo. Las veces que nos mostramos gozosxs aunque no lo estábamos con el fin de no desbaratar alguna frágil masculinidad, las veces que accedimos a encuentros sin estar muy seguros de que el partenaire nos resulte atractivo ( ya sea movilizadxs por el consumo de alcohol o por la presión de ciertos ideales que nos indican que ya paso “mucho tiempo” de la última vez) , las veces que sostuvimos lazos intentando encajar con personas con las que en los primeros momentos vimos los signos de la incompatibilidad intelectual o afectiva… todas las veces que no dimos lugar a nuestra singular vínculo con la sexualidad y no dijimos NO. El fin de esta relectura no debería una moralización de la sexualidad, sino, por el contrario la habilitación de encuentros más auténticos y creativos con nuestro propio deseo y con los otros.
Excelente!! Difícil encontrar gente interesante.. difícil veces dejar d lado los comentarios vecinos de gente allegada que te presionan a tener algo...buscar algo con cotillón emocional o sentimental que cuando pase el carnaval carioca es un nos vimos en Disney...no es fácil...la facilidad de algun@s de abstraerse de todo eso y solo sumar o llenar ese vacío a veces es envidiable... vincularse para much@s está mal ..para otros es necesario para conectar...las aguas siempre estarán divididas...leerte es tremendo me dejaste mucho wow que frases y que cierto todo!!! gracias abrazo
Excelente escrito Dai! La sexualidad sigue siendo un tabú! La posta.