"Esta isla tiene magia"

Los encuentros genuinos no se programan   , no se buscan , por el contrario ,  nos hallan  a nosotros. Nos toman por  sorpresa y   nos elevan para luego devolvernos a la tierra  transformados. Los verdaderos encuentros marcan un  quiebre , un punto  inflexion en el devenir.  Se dan en una vertiente del tiempo no cronológico, en el espacio  de alguna dimensión desconocida. Son viscerales, tan orgánicos que no hay palabra precisa para definir ese cenit de la corporeidad. Escribo esto durante el despegue del avión, mientras abandono la isla para "dejar registro" ( o algo que se le asemeje ) de esta vivencia inefable  y arcana. Mientras  escribo,  me estremezco ( eso quiere decir que al menos estoy rodeando de cerca lo que intento describir).Primero tus dientes blancos, luego  tu acento español y un detalle no menor : me sostenías la mirada a pesar de mi intento de intimidarte mostrándome elocuente y extrovertida  (lo que suelo hacer con los chicos durante la lúdica danza de la seducción).No sabíamos nuestros nombres y yo te había confesado que hace mucho no me enamoraba, a pesar de ser romántica y soñadora .Todavía no me había quitado el "sostén del bañador"  y ya me estaba desnudando : empecé por mostrarte el alma. Bueno,  debo confesar que mi topless  no fue sin una pequeña cuota de  timidez, en Argentina   estas cosas no se estilan, incluso abochornan.  Pero era mi primer viaje sola , me sentía audaz , empoderada , quería lucir el piercing que hasta el momento solo habían descubierto  unos pocos compañeros sexuales  entre cuatro paredes, quería nadar sin corpiño, estaba embriagada de libertad y  añoraba aun más ...quería y yo "cuando quiero, quiero" .... nunca me quedo con las ganas. Te decía que era  temeraria y esperaba con ansias el milagro del amor. Simplemente  me dijiste : " Esta isla tiene magia guapa " y me besaste sin titubear.  Estabamos en esa pequeña cala secreta, en la hora dorada el sol iluminaba nuestra piel  , el calor agobiante había absorbido casi todo el oxígeno de la atmósfera, el agua de mar me llegaba poco más de la por la cintura mientras paulatinamente , entre besos con gusto a sal y caricias fuimos fundiendo nuestros cuerpos que a su vez,  se  amalgamaban   con la mismísima isla que iba perdiendo su contorno. Lo que resta no lo voy a describir, son imágenes muy nítidas  y vividas, prefiero guardarlas para mi intimidad , para mis momentos de  ensoñaciones (es material muy valioso: con esto me pongo recelosa ). Nos prometimos no hablar del pasado ni del futuro , nos prometimos no contarnos quienes éramos sino descubrirnos juntos en la isla, forjar una nueva identidad co-producida transitoria .  El pacto fue que cuando acabe el viaje  no teníamos que volver a contactarnos: para  así poder sostener el ímpetu del primer flechazo  del amor. No queríamos ataduras:queríamos   vivir el momento para luego  poder atesorarlo inmaculado. Conocí un hombre valiente que se entregó por completo sin promesas largoplacistas  , ya me lo dijiste .... "en esta isla hay magia".