A todos mis muertos
- Suchein Gom

- 2 feb 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 30 sept 2021

Con el pelo enmarañado y las ojeras talladas producto del dolor que inflige el mundo, escondida tras los cristales de mis gafas. Con el cierre a medio cerrar de la mochi y una camisa de jeans anudada a una de sus tiras. Mi atuendo predilecto para esos días en que la amplitud térmica durante el transcurso del día me impide decidir entre manga corta o larga. Prefiero evitar la pereza que me produciría tener que abrir el cierre para sacar el abrigo en caso de que alguna brisa despiadada arremeta contra mi, aunque quede desprolijo, aunque corra el riesgo de perder la prenda o arrastrarla por el piso a causa de mi aire despistado . Entro al cementerio de Recoleta: llego hasta al Cristo, doblo a la derecha, camino hasta el primer mausoleo, allí nuevamente a la derecha y finalmente, en el cuarto pasillo, doblo en la galería de izquierda para hallar la bóveda de la familia Duarte. Me detengo, inhalo, exhalo y cuando me dispongo a abstraerme regocijante en mis pensamientos existenciales llega una horda de turistas que interrumpe mi sublime momento introspectivo. Sesentones, blancos re blancos, fofos (me recuerdan a los ravioles de ricota con salsa blanca que comía en mi infancia ). Exclaman diversas frases en ingles con ese tonito yanqui imperialista potenciado por el frenesí que les produce estar de vacaciones en un país tercermundista, donde la devaluación del peso alcanzó niveles exorbitantes, donde su moneda tasa a cada instante un poco más, donde no hay nada en este territorio definido geográficamente por la arbitrariedad de quienes ganaron la batalla de la historia que les resulte "inadquirible". Dólar sorete verde. Me ponen irascible: Que pueden entender de Evita?. Que pueden entender los opresores de la reivindicación de derechos de quienes son objeto de su opresión?. Ese estúpido entusiasmo me parece un escarnio. Huyo. Me pierdo entre los pasillos. Disminuí mis pretensiones: no me importa frente a qué féretro voy a disponerme a pensar, solo quiero estar lejos de los vivos. En un banco, a la sombra, me encuentro un gato atrigrado, me mira entrecerrando los ojos, imposible desistir a su poder de seducción. Revoleo la mochi en el piso, me siento a su lado y comienzo a acariciarlo mientras se retuerce de placer (si hubiese tenido ese super poder con mis antiguos amantes!). “Se llama Nyx”, escucho la voz de un hombre detrás de mi , carraspea y agrega: “la diosa Griega de la noche”. "Rayos!", pienso, "otro intento de levante no, por el amor de todos los muertos y almas en pena de este cementerio. Ya me fume al flaco del bondi". Siempre intento marcar distancia con suma cordialidad, pero tengo menos onda que coca-cola sin gas y puedo llegar a ser muy grosera esta vez. Giro mi cabeza lentamente mientras pienso que una chica sola en la necrópolis, con la mirada extraviada, acariciando un gato, melancólica, definitivamente es blanco predilecto para la fenomenología del patriarcado que detecta la tristeza con habilidad para hacer uso y abuso. Hombre, 50 años, overol ocre, mirada triste…mantenimiento del “jardín de .paz”. Tal vez pueda intentar algún intercambio verbal que me saque de la posición misántropa que me invadió desde que abrí mi primer ojo (el izquierdo, a las 7:00 a.m). Los primeros minutos fue ameno, me contó muchas curiosidades de la locación ( amo escuchar curiosidades!), pero al rato comenzó a invadirme una tremenda inquietud. Señal que me da cuenta de que tengo que concluir el dialogo y a mi pesar despedirme de Nyx. Al retirarme me manifiesta una amable invitación a conocer por dentro alguno de las bóvedas que tiene a su cuidado. Datazo! Tal vez en algún momento mi curiosidad sea más fuerte que las pocas ganas de un intercambio verbal. Estoy baja de serotonina, mi pulsión epistemofílica flaquea hoy. Nuevamente intento perderme por las galerías, mientras mentalmente despliego una diatriba donde pongo de manifiesto mi descontento con venir a buscar muertos y encontrar vivos por todos lados. Vine a "hacer tiempo" antes de entrar a trabajar, esto sería "matar tiempo" o "ganar tiempo" ? Y si en vez de tomar al tiempo en su vertiente cronológica que inexorablemente nos sumerge en la dimensión de la perdida pudiera significarlo subjetivamente en su anacronía ? . Anacrónico como estos muertos. Desinvestir al tiempo del imperativo de productividad capitalista ... Hacer nada. Al fin un banquito medio escondido, revoleo la mochi una vez más y a leer gótico se ha dicho! Recuerdo haber sido una niña muy fantasiosa, víctima de mis propias creaciones mentales. El momento de dormir me aterrorizaba. Noche por media me invadían pesadillas angustiantes plagadas de espectros, demonios, posesiones, juguetes malignos que cobraran vida, cuando no tenía alguna parálisis de sueño. Sigo siendo una niña, y en momentos de tristeza profunda sino es el pandemónium del insomnio quien llega hasta los pies de mi cama son los mismos monstruos de mi temprana infancia. “A los vivos les tenes que tener miedo, no a los muertos”, me decía mi madre. Con toda la ingenuidad y pureza de una niña no podía comprender a qué se refería: “porque voy a tenerle miedo a las personas?, si son como yo, no me pueden asustar”. Hoy en día resignifico los dichos de mamá ( premisas elementales de la vida). Tenía razón: le temo a los vivos ya que pueden lastimar. Le temo a la falta de empatía, le temo al abuso poder, le temo al encarnizamiento del cuerpo y del alma , al arrasamiento de derechos, a los genocidios , a las mentiras …
La misantropía implica el distanciamiento de las personas ,de los vivos , lo que inevitablemente produce una fuerza de tracción directamente proporcional hacia los muertos. Aquellos ecos del pasado que asustan sin herir, que acompañan sin invadir, que se sostienen en la vertiente anacrónica del tiempo...
A todos mis muertos .



Me re gusto el texto. Espero sigas escribiendo.
Muy lindo viaje me hiciste tener al cementerio!! gracias.