top of page
Buscar

Actualizado: 28 mar 2023





"Los gatos salvajes se juntarán con hienas, y un sátiro llamará a otro; también allí reposará Lilit, y en él encontrará descanso".


Isaías 34:14




Las figuras mitológicas suelen fascinarnos. Por un lado, son bestiales, viscerales , pseudo animales, por otro, encarnan de manera superlativa características propiamente humanas. En esta dialéctica humano-animal, en apariencia ambivalente, reconocemos la impronta de la cultura que se presentifica a modo de represión de esos instintos más oscuros, más profundos, más íntimos que todxs tenemos y atravesados por la moralidad nos negamos a reconocer. Las figuras mitológicas ponen en marcha “El” mecanismo mental constitutivo del psiquismo y de la identidad por excelencia: la identificación. Todxs queremos ser alguna temeraria entidad mitológica representante de nuestras inclinaciones más fuertemente reprimidas y por ende más intensas. Recordemos que Freud manifiesta que la economía del aparato anímico sigue una lógica cuantitativa: el vigor represivo es directamente proporcional a la fuerza pulsante de lo que se reprime.

Pasemos entonces al disparador utilizado para poder pensar los efectos de las mujeres deseantes en el deseo masculino: ella es Lilit. En la mitología mesopotámica la mujer-demonio, la diosa de la oscuridad.

En la religión hebrea: la primer mujer idómita de Adán. Lilit fue previa a Eva quien , como bien sabemos, fue creada utilizando como materia prima una costilla del hombre. En oposición, Lilit fue engendrada (al igual que Adán) con polvo y sedimento. Esto indica que desde los orígenes ambos géneros se constituyeron en base a la igualdad. (¿Se preguntaron porque entonces el mito que mas trascendió en la nuestra cultura es el de Adán y Eva que se sostiene en la premisa una asimetría de poder constitutiva?).

Bien, volvamos a la historia vincular entre Adán y la animalesca y erótica Lilit. Esta simetría que les dio origen fue causa de la conflictividad entre ambos. Cada vez que iban a tener relaciones Adán le exigía a Lilit que se recueste debajo de él, ella se enfurecia y lo cuestionaba con vehemencia (“¿Por qué he de acostarme debajo de ti?”). Lilit no buscaba complacerlo : Lilit quería fuego verdadero, quería reciprocidad, quería dominar el encuentro sexual, quería explayar su creatividad erótica, era impúdica y deseante. Así que aburrida de la monotonía, de la falta de imaginación y de las exigencias de su esposo, con la insolencia que la caracterizaba decidió abandonar el Edén y se fue a “fornicar” por ahí con varios demonios y criaturas un poco más divertidas.

La pregunta que se delinea es: ¿qué pasa con la libido masculina cuando se topan con una Lilit?. Lilit representa el deseo femenino, su característica fundamental es que es dinámico: de repente se enciende y arrasa con todo, pero, no tenemos la certeza de que va a permanecer estable (como todo fuego puede apagarse). Las mujeres-demonio no realizan promesas de amor eterno ni estabilidad, no burocratizan el amor por medio del matrimonio, no aceptan las imposiciones masculinas que las ubican en lugares subalternos, no piensan que la sexualidad como un tabú, desean y reconocen su deseo como algo genuino y valioso que viven con plena libertad. Eso no quiere decir que con las Lilit no se pueda conformar un vínculo afectivo empatico, profundo y real , sino, que su amor no es abnegado y que ese varón no tiene su compañía asegurada. Lilit puede dejar de desearlo sin motivo aparente o agobiada por los manejos egoistas de los Adanes, incluso podría desear a otros. Está situación no es funcional al patriarcado .

Una mujer deseante no puede ubicarse en lugar de puro objeto de satisfacción de la libido masculina ya que un objeto no desea. Los roles activo/pasivo pueden ponerse en juego de un modo más versátil lo que pone en tela de juicio a las frágiles masculinidades. Una mujer deseante no es un terreno seguro y eso es lo que genera en muchos varones cierto temor y retraimiento. Una verdadera aventura con el componente excitatorio que debería producir no puede desarrollarse nunca en un espacio absolutamente seguro. Lo genuino no es medible, no es cuantificable , es refractario a cualquier tipo de predicción .

Los varones saben como comportarse con sus esposas-objetos fieles y abnegadas, también saben que hacer con las prostitutas-objetos, pero cuando se cruzan con una Lilit no saben cómo proceder , se les vuelven tan inextricables e impredecibles, que atemorizados, optan por por huir ( en el caso de que antes no sean dejados como Adán) . Demasiado retobadas para esposas, demasiado activas y deseantes para prostitutas, demasiado seguras, demasiado intensas, “demasiados demasiados” para ser clasificadas. Las Lilit son deseadas y admiradas, pero, a distancia ya que la concreción fáctica de ese deseo pone en jaque la masculinidad. El objetivo principal del patriarcado es conservar la identidad masculina constituida en base a una posición de poder y dominio aunque el costo sea resignar la posibilidad de curiosear nuevos tipos de vínculos y encuentro sexuales más estimulantes y autenticos.


Las Lilit no especulan con su propio deseo ni negocian con las ganas, son los súcubos más temidos y admirados por los Adanes que siempre mantienen el punto de distancia optimo que les permita asegurarse sin cuestionamientos su tan precaria y preciada masculinidad.

 
 
 

El vecino se queja por la música al palo, mi gato me mira agazapado desde lo alto de la biblioteca , una mosca entra por la ventana abierta y me susurra al oído: me dice que es tarde, que estoy ebria, que ensucie el sillón con acrílicos y que es pascua : que compre huevos . Que los reparta entre los cobardes : esos que no hacen historia ni tampoco el amor.

Alienada, le contesto al insecto : que esperaré a las 3 a.m para bailar desnuda en el Sabbat , que si hay resaca valió la pena, que la mancha en el sofá es sumamente estética y que no sirvo para reparar indigentes emocionales ni pusilánimes del devenir.

Este domingo no seré una buena samaritana.

 
 
 

Actualizado: 28 mar 2022




Alejandro se volvió una obsesión en la vida de Azul. Una obsesión enigmática, opaca, ininteligible, inefable, pero: ¿Qué historia de amor legítima no reviste en mayor o menor medida los caracteres antes mencionados? .Azul no concebía la idea de la limpidez y pureza en el amor. Detestaba la linealidad afectiva sin ningún tipo de periplos. Ese tipo de lazos despojados toda turbulencia que se veían en las películas se le tornaba naif y no ejercían la fuerza de tracción necesaria para despertar el demonio de la pasión y del erotismo. Las llamas arden en el infierno y Azul, con su espíritu temerario, estaba dispuesta a llegar hasta el último subsuelo para ofrendarle a su amante ese trozo de oscuridad, su tesoro más preciado y más íntimamente escondido con recelo.

¿Podemos enamorarnos de un muerto? En los últimos años y de manera lenta, progresiva, pero constante Azul se había ido exiliando de mundo de los vivos y como corolario de este ostracismo voluntario había aumentado la fuerza de seducción que ejercía el de los muertos. Aislamiento de sus vínculos sociales, paseos reiterados al cementerio en busca de paz y silencio, inquietudes esotéricos y lecturas filosóficas en torno al inexorable y último destino por todos compartidos se habían convertido en sus pasatiempos favoritos. Pero, Alejandro ¿estaba muerto?, no, él estaba desaparecido, situación que hacía sentir a Azul extraviada en la direccionalidad de la búsqueda de su amado. El desaparecido: figura del muerto-vivo o del vivo-muerto que no cesa de presentificarse en su ausencia, pregunta que no deja de desplegarse en su falta de respuesta. Lo siniestro es aquello familiar que se vuelve desconocido, lo ominoso es el presente ininterrumpido de esa historia que nunca logra constituirse como pasado, es la multidireccionalidad temporal y espacial envolvente de la figura del desaparecido que está en todas partes pero en ningún lugar. Omnipresencia sin cuerpo, recursividad sin tiempo, un reloj detenido puesto en el museo, imposibilidad de cierre y por ende de nuevo comienzo. ¿Por donde empezaría a buscar Azul?.

Recordaba que de niña se había enamorado perdidamente de una de las Tortugas Ninja, de Donatello. Podríamos preguntarnos, desde una mirada adultocéntrica porque de Donatello y no de Miguel Ángel, ni de Leonardo, ni de Rafael sin "son iguales". Azul tenía la repuesta: la vincha era color lila. El amor toma su fuerza de detalles en apariencia insignificantes para erigirse como tal. El amor infantil es la expresión purificada de construcción amatoria. Azul seguía amando con la espontaneidad de una niña. Los adultos se enamoran del mismo modo que chicos, sólo que el paso del tiempo recubre de investiduras culturales esos estados más originarios y buscan una argumentación lógica (pero ficticia) que explique la elección del ser amado: su inteligencia, su amabilidad, su espíritu jocoso, etc. son todas construcciones intelectuales posteriores que se añaden y recubren el rasgo causante del amor. Ningún adulto en sus cabales tomaría como válida la elucidación de que un color de un accesorio sería el causante de un sentimiento tan complejo. ¿Cuál fue el detalle que encandiló a Azul? Los dientes de Alejandro. Los imagino teñidos de violeta por el vino .



* Es el capítulo III del cuento/novela de terror que nunca terminé. Está absolutamente descontextualizado de su totalidad, pero creo en el encanto de los fragmentos que en este caso inspiro mi dibujo de Azul. Nos podemos enamorar de alguien que murió ante de que hayamos nacido o mejor dicho de un desaparecido?.

 
 
 
arisydai_edited.jpg

FUNDAMENTALISTA DE LA MELANCOLIA Y FUNAMBULISTA EN MI COPIOSO MUNDO EMOCIONAL -ENTUSIASTA Y  CURIOSA ,  DESPISTADA Y VULNERABLE-  ME RIO DE MI MISMA  Y ME DUELO MENOS.

MIS AMIGXS ME IMPULSARON (Y AYUDARON) A CREAR ESTE SITIO ALGO AMORFO, UN POCO ECLECTICO DONDE COMPARTIRÉ  UNA YUXTAPOSICION DE IDEAS, PRODUCCIONES , "COSAS Y COSITAS" .  PORQUE SER IGNORANTE NO ES NO TENER CULTURA SINO CARECER DE SENSIBILIDAD.

  • Psicólogos Asociados
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon
bottom of page