- Suchein Gom

- 30 dic 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 31 dic 2019

En la era de las comunicaciones acontece una modalidad sumamente compulsiva de buscar amor, o sexo, o sexting.... o likes (ya no me queda claro que es lo que se busca). Una especie de enlazado multirelacional barroco con caóticos entrecruzamientos de corazoncitos, nuevos perfiles seguidos, conversaciones escuetas con varias personas en simultáneo, etc. Hablar con todxs a la vez es no hablar con nadie (porque no se puede negar que el TODO no es más que la NADA misma. El TODO en un mismo acto niega y afirma a la mismísima NADA). A esto le sumamos el componente de indiscreción del uso de las nuevas tecnologías, donde quedan expuestos los múltiples juegos de seducción (el bombardeo de likes) ante el resto de los usuarios de la red . Si había alguna cuota de elegancia en este jueguito, la perdimos!.
A veces, indolentes y sin oponer resistencia unx se deja arrastrar por la ciber-corriente-amorhistérica, no obstante, no todxs nos sentimos cómodos con ésta peculiaridad. Nos retorna muchas veces una sensación de vacuidad y ajenidad.
El IG adquiere muchas veces la utilidad de un Tinder velado (y “un poco” más refinado).
Que es el amor en tiempos de IG? Es anular la diferencia. Todxs somos iguales ante la pregnancia de la imagen (o a lo sumo la diferencia reside en algún rasgo físico que se pueda percibir en las fotos publicadas). La imagen se impone y adquiere una consistencia estragante que obstaculiza la posibilidad de reparar más allá de ella. “Todxs somos followers”, nos gustan todxs, somos absolutamente reemplazables, un subrogado “de la otra”, da igual acostarse con unx que con otrx, una serie metonímica de objetos a utilizar, melopeas monótonas.
Enamorarse implica la elección de un otro por un rasgo único e irrepetible que lo diferencia del resto. El amor implica la posibilidad de una elección y, por ende, la perdida de otras opciones. El amor es una apuesta sin certezas. La exposición consciente a la falta de certezas y a la posibilidad perdida es la célula elemental del acto heroico. Qué tipo de encuentros sexuales buscamos con ésta circunstancia? . Bueno si anulamos la diferencia y cada unx es idénticx al otrx, si nos da igual ésta o aquella, estamos cogiendo con un objeto. Solo un objeto puede ser idéntico a otro. En esta idea de "lo idéntico", de estar con todxs pero paradójicamente con nadie se enraíza el imperativo de "desmitificar la sexualidad”.
Que es un mito?: M1. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. M2. Persona o cosa a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene. M3. Historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana (RAE, 2017).
Entonces, el mito no es el carácter humano por excelencia ?. En un encuentro sexual no existen las fantasías previas, las ficciones, las huellas mnémicas de encuentros sexuales anteriores con otras personas , expectativas, intuiciones o atribución de características imaginadas al partenaire ?. Un encuentro sexual es una "orgía simbólica" en dónde siempre somos más que dos. Confluyen varios personajes : el/la que conociste antes de acostarte , ese que venías seduciendo y te despertaba cierta curiosidad y enigma, también está el que ocupa el Ideal, al que le atribuiste ciertas características imaginadas y expectativas , tus ex que se re actualizan en el momento de reiterar alguna conducta erótica que nunca es idéntica a aquella histórica , tus complejos, tus ilusiones , especulaciones de cómo y donde será el encuentro, los protagonistas de alguna escena erótica que viste en películas o en los libros que leíste y te quemaron el bocho, etc. . No obstante, en el mito hay personajes bien definidos no nos da igual que sea el rey Creonte o Antígona.
La naturaleza está perdida en cuanto somos seres del lenguaje. Por qué nos empeñamos en sostener concepciones biologicistas ? Vejamos la sexualidad a dos masas de átomos que se encuentran en el afán de descargar cierta tensión fisiológica. Una cosa es separar el sexo de la reproducción y otra es pretender desasir al sexo de su carácter mítico. Nada más bello, nada más enigmático, nada más heroico, nada más humano, nada más creativo que aquello que esta mediatizado por la fantasía: el mito. Con Freud aprendimos que tanto sexualidad como la muerte son inasequibles a la palabra. El mito como respuesta a lo inefable .Creo que la consigna de "desmitificar el sexo" que aparenta ser muy cool y open mind no es ingenua y que la intención implícita es transformar al sexo (y por ende al otro )en un objeto de consumo.
Si bien no siempre el sexo es amor, creo que ambos tienen un denominador común que se pierde en estas nuevas formas de vincularnos: por un lado, el carácter electivo del compañero en torno a un talante singular que no anule y enaltezca la diferencia y , por otro, el romper con sexualidades estereotipadas para dar rienda suelta a la potencia creativa que se da en el “entre”, en el verdadero encuentro con el otro.





